PENSAMIENTO Y TRANQUILIDAD

PENSAMIENTO Y TRANQUILIDAD

viernes, 16 de enero de 2015

Que hago si bebo un veneno o tóxico?

Lejías, geles, amoniaco… Los productos de limpieza pueden jugar una mala pasada. Las intoxicaciones pueden producirse por una ingesta pero también por vía respiratoria o dérmica. Esta vez, analizamos las intoxicaciones cáusticas, es decir, aquellas que pueden dañar los tejidos del organismo y causar una quemadura química grave.
Los niños son víctimas propensas a sufrir este tipo de accidentes. Hay que tener especial cuidado con ellos. Por ello, desde el Servicio de Emergencias Sanitarias 112 abogan por la prevención en primer lugar. Por ello aconsejan:
- Tener siempre a mano el número de teléfono del Instituto Nacional de Toxicología: 91 562 04 20
- Seguir las instrucciones de empleo indicadas por el fabricante en las etiquetas de envases de productos tóxicos.
- Guardar todos los productos tóxicos en un mismo lugar, a ser posible, cerrado y alejado de productos alimenticios
- Mantener los productos tóxicos en sus envases originales y sin quitar las etiquetas.
- Situarlos en lugares ventilados para su manipulación.
- No guardar los productos tóxicos en botellas o recipientes que puedan confundirse con productos alimenticios.
- No utilizar los productos tóxicos, especialmente los destinados a limpieza, de forma indiscriminada y con abundantes dosis.
¿Qué hacer si bebo por error un producto tóxico?
 
- No estar en habitáculos en los que se haya trabajado con productos tóxicos.
Si a pesar de estas indicaciones, una persona ingiere cualquier producto tóxico, como lejía, se debe actuar de la manera más rápida posible. Aunque todo depende de la naturaleza del tóxico, la sensibilidad de la víctima y la vía de penetración, desde Cruz Roja explican que las señales de una intoxicación son:
- Cambios en el estado de conciencia: delirio, convulsiones, inconciencia.
- Dificultad para respirar.
- Vómito o diarrea.
- Quemaduras alrededor de la boca, la lengua o la piel, si el tóxico ingerido es un cáustico.
- Mal aliento por la ingestión de sustancias minerales.
- Pupilas dilatadas o contraídas.
- Dolor de estómago.
- Trastornos de la visión (visión doble o manchas en la visión)
Si se confirma la intoxicación, y se ha ingerido un producto muy abrasivo, no hay que inducir el vómito porque puede haber quemaduras en labios y boca (en el caso de medicamentos, sí se puede hacer). Hay que intentar saber con exactitud qué se ha ingerido y llamar inmediatamente al Servicio Médico de Información Toxicológica, al que deberemos aportar todos los datos posibles.
En su informe de «Primeros auxilios» sobre intoxicaciones de la Generalitat de Cataluña, indica que si hay signos de asfixia, se realizará la respiración artificial boca a boca. Después, conviene trasladar a la víctima a lugar seguro, lejos del foco de intoxicación y vigilar sus constantes. Si alguna prenda le oprimiera, debe ser aflojada.
Hasta que lleguen los sanitarios, y en función de las indicaciones ofrecidas desde Toxicología, hay que mantener a la víctima en posición lateral de seguridad.
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Por que se contagian los bostezos


La frase es de 1986, del psicólogo Robert Provine: “El bostezo puede tener el dudoso honor de ser, de entre todos los comportamientos humanos más comunes, el menos comprendido". Casi 30 años después, con muchos más datos encima de la mesa, la explicación última de por qué bostezamos sigue mostrándose resbaladiza, en cierto modo, misteriosa.
Fascinantes teorías explican el motivo
Cosas que sí sabemos sobre los bostezos: que no solo los humanos los practicamos, que muchos otros animales lo hacen (incluyendo a los monos y a los perros, pero también, a pájaros y peces); que suelen ocurrir antes de acostarse o justo al despertar, con el hambre o el aburrimiento; que bostezamos incluso antes de nacer (a las escasas 20 semanas de gestación); que aproximadamente el 60% de las personas es sensible a su contagio (tienden a bostezar al ver, o incluso al oír, a otra hacerlo); que, sin embargo, en enfermos de esquizofrenia o el autismo apenas se propaga; que el mero hecho de leer repetidamente la palabra "bostezo" induce a ello; y que posiblemente le esté sucediendo a usted ahora mismo, al finalizar el párrafo.
La mera intuición lleva a pensar que el bostezo ha de tener alguna utilidad. Si la evolución lo ha conservado durante miles de años, por algo será. Estas son algunas teorías que explican su existencia:
  1. La teoría de la oxigenación. Viene de muy lejos. Ya la aventuraba Hipócrates, quien pensaba que bostezar servía para ayudar a eliminar el aire nocivo que acumulamos. De una forma más moderna, no le falta sentido: cuando disminuyen los niveles de oxígeno (lo que tiende además a provocar somnolencia), el bostezo serviría para inyectar una dosis rápida que permitiría contrarrestarlo. Pero una buena parte de los científicos rechazan esta idea: entre otras cosas, porque empezar a respirar con más rapidez se alza como un mecanismo mucho más eficaz y, por lo tanto, tendería a ser "el elegido”. Sin embargo, como afirma Matthew Campbell, profesor de psicología en la Universidad de California, “no se han hecho experimentos adecuados que midan directamente el cambio en el oxígeno provocado por los bostezos”. Por lo tanto, la hipótesis aún no debe descartarse.
  2. La teoría de la activación. La mayor parte de los bostezos ocurren antes y después del sueño, o cuando nos sentimos adormilados. Al bostezar, mejoraría nuestro nivel de alerta (el cerebro le intenta decir al cuerpo: "no duermas, mantén la vigilancia"). Y, además podría ser la base del contagio, como más adelante veremos. Sin embargo, aunque hay algunos indicios que apuntan a ello, cuando se intentó comprobar directamente, no se vieron diferencias en la “alerta” de antes y después de bostezar, al menos con las herramientas empleadas. Como en el caso anterior, es una probabilidad sin descartar, con pruebas a favor, pero aún por demostrar.
  3. La teoría de la temperatura. Esta es una de las teorías que más fuerza ha ganado últimamente, como demuestra este estudio de la Universidad de Princeton. Se basa, fundamentalmente, en que bostezar permitiría disminuir la temperatura, “refrigerar el cerebro". La lógica: que la temperatura antes de dormir es justamente la más alta del día y que al bostezar conseguiríamos que el cerebro funcione mejor, como afirma Gallup en Bostezo y termoregulación. Algunas pruebas a favor: que antes de bostezar hay un aumento de temperatura que baja después de cada boqueada y que lo hacemos más cuando la temperatura ambiente es templada y menos cuando es fría. Se ha demostrado que los bostezos desaparecen, prácticamente, con un paño de agua gélida en la frente. Para Andrew Gallup, profesor de psicología en la Universidad del Estado de Nueva York y uno de los principales investigadores en esta teoría, “la termorregulación ofrecida por los bostezos ha sido confirmada y replicada en varios experimentos”. De hecho, “hasta la fecha ningún estudio ha podido demostrar lo contrario”, incide. Y va más allá: “Personalmente, creo que esta teoría es la que explica que el bostezo pueda aumentar el estado de alerta”. Campbell es de una opinión parecida: "Ambas hipótesis, incluso las tres, son compatibles”. Pero advierte de que incluso las evidencias de esta última también tienen limitaciones.

¿Y por qué se contagian?

Aunque tantos tipos de animales bostecen, parece que su contagio solo se da en humanos, chimpancé, perros y lobos, según PLOS One. Y el 60% de las personas es sensible a esta incontrolable “infección”. Estas dos teorías se disputan la razón.
Una de ellas versa sobre la comunicación y la sincronización. Como afirma Matthew Campbell, “una posibilidad es que en las especies sociales que coordinan sus niveles de actividad, copiar los bostezos puede ayudar a sincronizar el grupo”. Como una mera imitación. "Así, cuando es hora de comer, todo el mundo come (comer es contagioso), cuando es hora de moverse, todo el mundo se mueve (las posturas corporales son contagiosas). De esta forma, la copia del bostezo también pone al grupo en sincronía”, prosigue. Otra conjetura es que el contagio de los bostezos sea simplemente un subproducto de la importancia que tiene copiar esas otras cosas, según el profesor de psicología. Es decir, una secuela inevitable, algo que aparece simplemente como consecuencia y acompañando a otras funciones que son las realmente importantes (comer, postura corporal, etc.).
La otra teoría, que cuenta con numerosos adeptos, es la de la empatía. En este caso, no sería una mera imitación: se trataría de nuestra capacidad para interpretar cómo se sienten otras personas la que nos llevaría a ponernos en su lugar, a sentir o intuir lo que ellas sienten y, una vez allí, ceder inconscientemente a la tentación. Hay numerosos estudios a favor. Unos muestran cómo al contagiarse el bostezo se activan circuitos cerebrales propios de la empatía (incluidas las famosas neuronas espejo, que actúan como un reflejo interno de los movimientos que se observan en los demás). Otros han estudiado cómo el 60% de personas susceptibles al contagio suelen puntuar más alto en las escalas de empatía, y que los niños son inmunes hasta los cinco años, justo cuando los circuitos responsables de ella maduran; incluso han visto que el contagio se produce más fácilmente si el que bosteza es un familiar que si es un amigo, y mucho más que si es un desconocido. Pero incluso esta teoría no es segura, y hay estudios que minimizan la hipótesis. Hace poco, uno de los mayores trabajos realizados hasta la fecha concluyó que lo único que se relaciona con la transmisión es la edad. "Cuanto mayores nos hacemos, menos nos contagiamos", concluyeron los investigadores. Aunque para Campbell, esa conclusión tampoco está clara, e incluso para Gallup esta conexión es consistente con la teoría de la empatía (la capacidad de ponernos en el lugar del otro disminuye cuando envejecemos, según Journal of Nonverbal Behavior). El propio Gallup sostiene que de ahí proviene el beneficio de los bostezos: “Son una forma primitiva de empatía. Y su contagio evolucionó para mejorar la vigilancia”. En cualquier caso, como con tantos otros temas, todavía seguimos discutiendo por las cosas más comunes.
FUENTE: EL PAIS
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sábado, 21 de junio de 2014

El MOSQUIT TIGRE transmet infeccions. Demostrat!!



Mataró.- La Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT) ha confirmado cuatro casos de personas infectadas por el virus chikungunya localizados en las comarcas del Maresme y La Selva, todos ellos atendidos en el hospital de Mataró la semana pasada, donde aún queda una persona en espera de los resultados definitivos, según fuentes del Consorci Sanitari del Maresme. Los afectados tienen en común haber viajado hace poco a países del Caribe, desde donde han importado la enfermedad. Por ello, la alerta epidemiológica se centra especialmente en personas que viajen a aquella zona.


Los cuatro casos más recientes han coincidido en tres mujeres de Vilassar de Mar y otra de Lloret de Mar, de edades comprendidas entre los 27 y 57 años, que en ningún momento han precisado ingreso hospitalario, puesto que no revestían gravedad. Los controles de alerta y vigilancia llevada a cabo por la Agència de Salut entre el 2010 y el 2013 han detectado ocho casos de esta enfermedad en Catalunya, todos ellos coincidentes en personas que habían viajado a países donde la enfermedad es endémica. El virus se transmite entre las personas a través de los mosquitos hembra infectados, y la enfermedad puede tardar en aparecer hasta ocho días después de la picadura.


El virus chikungunya provoca fiebres y dolores articulares, especialmente en muñecas y tobillos, unos síntomas que pueden llegar a ser invalidantes y que pueden tardar semanas en curar aunque la artritis, según la ASPCAT puede tardar más tiempo en desaparecer. Otros signos y síntomas frecuentes son dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. El virus se transmite a través de la picadura de un mosquito del género Aedes, como el conocido mosquito tigre (Aedes albopictus).


La alerta epidemiológica emitida advierte del riesgo de contagio de la infección del virus de chikungunya a personas que viajen a zonas endémicas del virus, donde los casos se multiplican. Según la ASPCAT, desde finales de mayo se ha doblado el número de casos en la República Dominicana, Martinica, Guadalupe, Haití, San Martin y San Bartolomé. Sin embargo, las zonas de riesgo se amplían a Sudamérica, países del sudeste asiático y África ecuatorial. Por ello, las principales medidas de protección contra las picaduras de mosquitos del tipo Aedes pasan por eliminar los lugares donde se reproduzcan (depósitos de agua naturales y artificiales), aplicar repelentes en la piel y utilizar piezas de ropa con tonos de color claros que cubran la mayor parte del cuerpo.


La enfermedad del Chikungunya fue descubierta en Tanzania en 1952 y toma su nombre del idioma Kimakonde cuyo significado es "doblarse" en referencia al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares. Por el momento, no existe ningún antivírico para esta fiebre, ni una vacuna preventiva y el tratamiento consiste únicamente en aliviar los síntomas con antipiréticos, analgésicos y líquidos.
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sábado, 8 de febrero de 2014

MUCOLÍTICOS Y EXPECTORANTES EN LA INFANCIA

Mucolíticos y expectorantes en la infancia
Es época de resfriados y especialmente en los niños pequeños las afecciones respiratorias van acompañadas de una producción excesiva de moco
 
 
Es época de resfriados y especialmente en los niños pequeños las afecciones respiratorias van acompañadas de una producción excesiva de moco. Existen dos tipos de medicamentos indicados en este tipo de afecciones que cursan con una excesiva formación de moco: expectorantes y mucolíticos.
Los expectorantes se utilizan para facilitar la eliminación del moco y convertir una tos improductiva y seca en tos productiva y menos frecuente. Los mucolíticos disminuyen la viscosidad de las secreciones bronquiales, facilitando así su expulsión.
En la práctica, la diferencia entre mucolíticos y expectorantes no es tan evidente, porque en cualquier caso el resultado final es el mismo: la fluidificación de la secreción que producen los mucolíticos también puede considerarse como una ayuda a los mecanismos fisiológicos de la expectoración.
Mucolíticos y expectorantes: no hay una evidencia convincente de eficacia clínica

No existe evidencia clínica sobre la eficacia de este tipo de medicamentos, por ello muchos especialistas se resisten a su prescripción. Sin embargo es frecuente que los pacientes experimenten una mejora de la sintomatología cuando son administrados.
Sin embargo es frecuente que los pacientes experimenten una mejora de la sintomatología cuando son administrados
Citaremos los medicamentos mucolíticos y expectorantes más utilizados en la edad pediátrica y las dosis recomendadas para este grupo de edad.
Mucolíticos

Los principios activos empleados para disminuir la viscosidad de la secreción de la mucosa bronquial son: acetilcisteina, ambroxol, bromhexina, carbocisteina, citiolona y sobrerol. En todos los casos se recomienda tomar abundante agua durante el tratamiento.


  • Acetilcisteina: en los niños pequeños la forma farmacéutica más indicada son los sobres. La dosis recomendada por la vía oral es distinta en función de la edad. En niños menores de dos años se recomiendan 100 mg cada 12 horas (2 veces al día) y en niños entre los dos y los 7 años: 100 mg tres veces al día. Los medicamentos que lo contienen son los siguientes: Flumil infantil 100mg sobres, Locomucil 100 mg sobres, Solmucol 100 mg sobres y Acetilcisteina EFG 100mg sobres (medicamento genérico).

  • Ambroxol: la forma farmacéutica más recomendada es el jarabe. La dosis indicada varia con la edad. Para menores de 2 años están indicados 2,5 ml de jarabe cada 12 horas (2 veces al día), en niños entre 2 y 5 años se recomienda 2,5 ml de jarabe tres veces al día, en mayores de 5 años son necesarios 5ml entre 2 y 3 veces al día. Los medicamentos que contienen ambroxol son: Mucosan, Naxpa, Motosol, Mucibron, Dinobroxol y Ambroxol EFG (medicamento genérico).

  • Bromhexina: la forma farmacéutica elegida para los niños son las gotas. En lactantes se recomiendan 6-8 gotas tres veces al día. En niños la dosis es de 15 gotas cada 8 horas. El medicamento comercializado con este principio activo es Bisolvon gotas.

  • Carbocisteina: la forma farmacéutica más indicada es en jarabe. Niños de 1 mes a 2,5 años se recomiendan 100-125 mg cada 12 horas. En niños de 2,5 a 5 años: 100-125 mg entre 2 y cuatro veces al día. Mayores de 5 años 100-250 mg cada 8 horas ó 350 mg dos veces al día. Las especialidades farmacéuticas que la contienen son: Actithiol, Fluidin mucolítico, Pectox, Pectodrill, Viscoteina, Anatac.

  • Citiolona: se recomienda su administración en forma de gotas y de jarabe. La dosis indicada en niños es entre 100 y 200 mg tres veces al día. Teniendo en cuenta que 20 gotas equivalen a 100 mg de citiolona. Mucorex es el medicamento que contiene este principio activo.

  • Sobrerol: en niños se utiliza en forma de jarabe y supositorios. En lactantes están indicados 20 mg cada 12 horas y en niños 80 mg tres veces al día. La especialidad farmacéutica con sobrerol es Sobrepin.
Expectorantes

El expectorante más utilizado es la guaifenesina, que estimula los mecanismos de eliminación del moco. La dosis recomendada de guaifenesina para niños entre 2 y 6 años es de 50-100mg cada 4 horas. A partir de los 6 y hasta los 12 están indicados 100-200mg cada 4 horas.
La principal norma en la correcta administración de mucolíticos y expectorantes es tomar abundante cantidad de agua durante el tratamiento
La guaifenesina se encuentra como componente único de algunos jarabes: Robitussin, Formulaexpec infantil, Formulaexpec Vicks y Guaifenesina Edigen. También forma parte de otros jarabes que contienen derivados de esencias naturales también con propiedades expectorantes u otros principos activos con distintas propiedades (antihistamínicos, antitérmicos, anticongestivos ...), es el caso de: Alergical Expectorante jarabe, Inistolin Expectorante Pediátrico y Polaramine Expectorante.
FUENTE: www.cardionet.es

lunes, 16 de diciembre de 2013

EL CONSUMO DE OMEPRAZOL ACARREA CONSEQUENCIAS GRAVES

           La voz de alarma se ha lanzado en una de las cinco publicaciones médicas más prestigiosas del mundo, 'JAMA', que no es la 'Biblia' de la medicina, pero forma parte de sus libros sagrados. Por eso nadie duda de la autenticidad de lo publicado. La toma continuada, durante dos o más años, de omeprazol, el segundo medicamento más consumido del mundo después del paracetamol y el de uso más común para problemas gástricos, favorece la aparición de demencia, daño neurológico y, además, puede generar anemia. La noticia no ha sorprendido a los médicos que «desde hace cinco años, quizás más» ya venían oyendo hablar de la existencia de todos estos efectos secundarios, pero les obligará, tanto a los profesionales de la salud como a sus pacientes, a hacer «un uso más racional del fármaco», según afirma el presidente de la sección de Medicina Familiar y Comunitaria de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, José Antonio Estévez.
        
            La aparición de omeprazol, según explica el experto, supuso una auténtica revolución en el tratamiento de las úlceras gástricas y la hernia de hiato, que son sus principales indicaciones. Para los primeros, porque las lesiones en el estómago generaban tanto dolor y tan a menudo que la dolencia mermaba enormemente su calidad de vida. «Era un drama. La gente solía decir 'tienes cara de ulceroso' porque los afectados realmente vivían amargados». El mayor avance supuso, sin embargo, en el tratamiento de la hernia de hiato, cuya principal terapia era una cirugía que daba muy malos resultados. «Yo he visto a muchas personas, incluso gente joven, fallecer en el quirófano, porque era un procedimiento muy agresivo», recuerda Estévez.
        Los resultados obtenidos con el fármaco han sido «tan buenos en todos estos años» que los médicos «comenzaron a recetarlo de manera abusiva para la prevención» -fundamentalmente de estas dolencias, aunque también de otras, como la acidez estomacal- y los pacientes a consumirlo de igual modo. La organización Kaiser Permanente, proveedora de servicios en Estados Unidos y referencia mundial en la gestión sanitaria, decidió evaluar los riesgos para la salud del consumo a largo plazo de este medicamento; y los resultados del estudio es lo que publica la revista de la asociación de médicos americana, por sus siglas en ingles, 'JAMA'.
        Los investigadores querían comprobar si, como se sospechaba, la ingesta prolongada de omeprazol provoca carencia de una vitamina llamada B12 o cobalamina, que es básica en el crecimiento de la persona y fundamental para el normal desarrollo del sistema nervioso. Una alimentación equilibrada permite obtener esta sustancia de la carne, sobre todo, pero también del pescado, la leche y el hígado. Sin embargo, muchas personas mayores presentan déficit de vitamina B12, que se manifiesta por la aparición de fatiga, cansancio, diarreas o úlceras en la boca, «síntomas tan comunes que pueden despistar al médico».
 
 
El consejo médico
  • Los estudios sobre la materia que había hasta la fecha eran pequeños y Kaiser Permanente se propuso hacer uno más amplio, que diera resultados definitivos. Reunió a un grupo de 25.956 pacientes con déficit de vitamina B12 y los comparó con otro de 184.199 personas sin este trastorno. A todos ellos los siguió durante cuatro años, entre 1997 y 2011. Los resultados no dejaron lugar a dudas.
  • Como se sospechaba, el compuesto anula el ácido gástrico necesario para la absorción de la vitamina B12 y su falta favorece la aparición de demencias, anemia y daño neurológico. Entre un 10% y un 15% de las personas mayores tiene déficit de cobalamina. Al comparar los dos grupos en estudio se vio que el 65% de las personas que habían tomado omeprazol durante dos o más años presentaba un mayor riesgo de déficit vitamínico. La toma de 1,5 comprimidos al día implica un 95% de riesgo de presentar carencias.
  • ¿Debe dejarse entonces de tomar omeprazol? José Antonio Estévez dice que no, porque sería peor el remedio que la enfermedad. «Ahora bien, los médicos tendremos que reflexionar sobre la forma en que hemos venido recetándolo. Habrá que elegir bien los casos, ajustar mejor las dosis, hacer descansos en su consumo y utilizarlo sólo cuando esté justificado». En definitiva, usarlo de manera racional, como tratamiento y no como terapia preventiva.
fuente: eldiariomontanes.es

viernes, 6 de diciembre de 2013

EL 90% DE LAS MUERTES SÚBITAS TIENEN UNA CAUSA CARDÍACA CONOCIDA

En torno a 30.000 personas mueren al año en España por lo que se conoce muerte súbita, es decir por muerte natural que ocurre de forma instantánea o durante la primera hora desde el comienzo de síntomas, siendo causada en el 85 o 90 por ciento de los casos por una enfermedad cardiaca conocida y, muchas veces, prolongada, lo que implica que la muerte es una consecuencia esperada dentro de los riesgo de la enfermedad.
   "Básicamente tenemos que pensar que se trata de una muerte que ocurre con tanta rapidez que es imposible intervenir. La inmensa mayoría es por problemas cardiacos, es lo más habitual, entrono al 85 o 90 por ciento; aunque preocupan mucho más, porque son más dramáticas, las que son en gente sana, y, particularmente, en los deportistas", afirma el doctor Francisco García-Cosío, de la Universidad Europea y jefe de Cardiología del Hospital de Getafe (Madrid).
   El perfil muestra que la obesidad, la diabetes, la hipertensión y ser fumador son factores de riesgo absolutos para verse afectado por una muerte súbita, si se suma ser hombre y padecer estrés laboral, el riesgo es mayor. Pero si además, añade, "decide correr esporádicamente para cambiar sus hábitos de salud, podría llevarles a una muerte segura", en referencia a que dentro del perfil se ve un aumento entre aquellos con factores de riesgo que no practican deporte con asiduidad pero que deciden empezar a hacer deporte para cambiar sus hábitos de vida sin una preparación previa.

   Lo cierto es que la práctica deportiva intensa es un factor que incrementa sensiblemente el riesgo de sufrir una muerte súbita y se produce normalmente por una arritmia cardiaca, llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir.
   En cualquier caso, a su juicio es arriesgado señalar que este tipo de muertes han aumentado en los últimos años, además advierte de que "muchas muertes no son testimoniales", ya que en el caso de las muertes por una enfermedad cardiaca de noche se desconoce si éstas se han producido de forma súbita.
    Normalmente, llama la atención los casos que se producen en personas sanas, deportistas de élite y niños. En el caso de las personas sanas y los niños las posibilidades son múltiples y, en muchas de estas ocasiones, sí desconocidas de inicio por parte de la persona fallecida, y no localizadas en una revisión; destaca el caso de los  niños pequeños que tiene una incidencia "relativamente alta".
   Sin embargo en los deportistas de élite apunta a sustancias legales que pueden provocar arritmias en interacción con otras o solas. "Quizá habría que valorar lo que se mete un deportista estresado porque tiene que ganar", explica sin pretender argumentar ésta como la única causa de la muerte de unos 200 o 250 deportistas al año.

EL PAPEL DE LA GENÉTICA

   No obstante, aunque es una proporción pequeña, "hay algunas enfermedades en las que te ha tocado una china genética terrible" que puede provocar una muerte súbita; es el caso de algunos tipos de miocardiopatías que no dependen de las coronarías.
   Cuando se produce un problema cardiaco no detectado o algún tipo de alteración genética que les ha provocado una muerte súbita, es posible que no se observe en el corazón una alteración estructural en el mismo, aunque presentan una alteración genética que hace que el sistema eléctrico de su corazón esté alterado.
   En estos casos, se está empezando a avanzar hacia lo que se conoce como marcadores genéticos, sin embargo, advierte, "se ha visto que hay familiares de un fallecido que tiene el gen pero nunca ha tenido un problema, otros que tienen el gen y se ve que tiene un problema", el avance real que tiene la genética ahora no es fácil de entender porque, afirma, "estamos empezando a entender lo complicado que es de entender, eso tiene la ventaja de que no se va a dar un salto al vacío".
   "Hay algunos casos que se pueden identificar", es el caso del  síndrome del QT largo (SQTL) donde hacer un estudio genético puede ayudar; también es el caso de la miocardiopatía hipertrófica (engrosamiento anormal del músculo cardiaco), aquí se ha visto claramente que hay genes más malignos que otros; lo mismo ocurre en la displasia de ventrículo derecho, donde detectar un determinado gen puede ayudar al diagnóstico.
   Sin embargo, se desconoce hasta qué punto la genética puede determinar el desarrollo de la enfermedad, por eso "generalmente nos seguimos guiando por unas valoraciones multiparamétricas". Esto no quiere decir que "ante alguien que tiene por múltiples parámetros una sospecha fuerte de que puede padecer una enfermedad, no se pueda intervenir genéticamente".
   El uso de la genética en la muerte súbita es bastante reciente si se tiene en cuenta que fue a comienzos de los 90 cuando se hicieron los primeros avances con el descubrimiento del primer gen asociado a muerte súbita cardiaca y desde entonces hemos descubierto unas 12 de enfermedades, un centenar de genes y mutaciones asociadas.
   "La solución que a uno le encantaría es curar pero todavía estamos lejos. No se puede pretender hacer el test para detectar el gen en toda la población hoy por hoy. Insisto hay muchos medios para diagnosticar a aquel que tiene síntomas anunciadores", afirma.
   Entre los síntomas se encuentra la sensación de opresión o dolor en el pecho, la falta de aire y una sensación general de debilidad, mareos y desmayos repetidos y taquicardias sin determinar. "Hay un pequeño porcentaje de gente, hasta el 20 por ciento, en la que la muerte se da con la primera manifestación de la enfermedad", señala, este no significa que la enfermedad no haya estado "probablemente durante años".
   ¿Cual es la actitud prudente y sensata ante el riesgo?. "Ante alguien que no tiene una historia ni factores, y tiene edad por debajo de los 40 años difícilmente entra en el grupo de riesgo y no es necesaria la prevención", afirma; sin embargo en aquellas personas con los factores de riesgo antes señalados, lo más oportuno es una cambio de hábitos: reducir el sobrepeso, eliminar el tabaco, evitar el abuso de alcohol y reducir la ingesta de grasas, además de una práctica de ejercicio acorde con la situación física de la persona.
   No obstante, "hay enfermedades cardiacas que solo te dan arritmias en un corazón perfectamente normal, otras que te dan toda clase de problemas, y luego arritmias que te mata, hay todo un espectro", concluye este experto, que ha participado en las 'Jornadas de prevención de la muerte súbita: terapias y hábitos de vida saludables', organizadas por la Escuela de Doctorado e Investigación de la Universidad Europea.
fuente: europapress/salud

miércoles, 4 de diciembre de 2013

TODO ACERCA DEL SÍNDROME DE MUERTE SÚBITA EN EL LACTANTE (SMSL)

El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es la muerte abrupta e impredecible de un bebé, a la cual no se encuentra explicación alguna después de una investigación completa. También se conoce como muerte en la cuna, ya que ocurre mientras el bebé duerme la siesta o durante la noche.
El SMSL es una de las principales causas de muerte en bebés. La mayoría de las veces, sucede en los primeros cuatro meses de vida, por lo general, en otoño, invierno y a comienzos de la primavera.

¿Cuál es la causa del SMSL?

Nadie conoce las causas principales del SMSL. Los médicos e investigadores han descubierto que no se trata de un solo factor, sino de una combinación de factores. Entre éstos se pueden incluir un defecto anatómico en el cerebro, una anormalidad en el sistema inmunológico, un trastorno metabólico o una irregularidad en los latidos del corazón.
En teoría, cuando un bebé con cualquiera de estos problemas se enfrenta a una situación más compleja, como dormir boca abajo y respirar demasiado dióxido de carbono, inhalar humo de cigarrillo, sufrir una infección respiratoria o tener mucho calor, tiene más probabilidades de morir por causa del SMSL.
A continuación encontrarás información más detallada acerca de las últimas teorías e investigaciones:
  • Un defecto cerebral: cada vez hay más evidencias que indican que algunos bebés que han muerto del SMSL sufren una anormalidad o inmadurez del tronco cerebral, que controla la respiración y el despertar durante el sueño. Normalmente los bebés pueden sentir problemas como la falta de aire o el exceso de dióxido de carbono. Sin embargo, es posible que los que padecen dichas anomalías cerebrales no tengan este mecanismo de protección.
  • Un defecto en el sistema inmunológico: las investigaciones han demostrado que el sistema inmunológico de algunos bebés con SMSL genera un número de glóbulos blancos y proteínas mayor que lo normal. Algunas de estas proteínas pueden influir en el funcionamiento del cerebro y cambiar el ritmo cardíaco y la respiración durante el sueño o hacer que el bebé caiga en un sueño profundo.
  • Un trastorno metabólico: es posible que los bebés que nacen con un cierto trastorno metabólico sean más propensos al SMSL. Por ejemplo, si no tienen cierta enzima (acil-CoA deshidrogenasa de cadena media), es posible que no sean capaces de procesar bien los ácidos grasos. Además, la acumulación de estos ácidos puede originar una interrupción rápida y fatal de la respiración y de la función cardiaca.

Las investigaciones también muestran que los niños corren más riesgos que las niñas y que ciertos grupos étnicos corren más riesgos que otros. Sin embargo, los expertos concuerdan en que los bebés corren más riesgos de padecer el SMSL si:
  • Duermen boca abajo.
  • Se les acuesta sobre ropa de cama o colchones blandos.
  • Son hermanos de un bebé que murió por causa del SMSL.
  • Están demasiado abrigados o duermen en una habitación cuya temperatura es muy alta.
  • Nacieron prematuramente o con bajo peso.
  • Están expuestos a inhalar humo pasivamente.
  • Su madre fumaba o consumía drogas durante el embarazo.
  • Su madre no tuvo un cuidado prenatal o quizás sólo lo tuvo durante los últimos meses.
  • Su madre es adolescente.

Cómo disminuir el riesgo.

Antes de dejar el hospital con tu bebé recién nacido, puedes recibir una larga lista de instrucciones, entre las cuales se encuentran: siempre acuesta a tu bebé boca arriba para dormir. Los investigadores habían empezado a dejar de lado este consejo en 1992, pero, cuatro años después, volvieron a reforzarlo, cuando la American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría) recomendó que a todos los bebés sanos se les acostara boca arriba para dormir.
En 1994, en Estados Unidos se lanzó la campaña nacional "Dormir de espalda" para promover la posición supina o boca arriba durante el sueño.
Algunas encuestas han confirmado que cada vez más personas hacen dormir a sus pequeños boca arriba, lo que ha reducido la incidencia del SMSL en un 47 por ciento. Los padres primerizos tienen mucho que aprender. Si bien gran parte del entrenamiento lo da la crianza misma del pequeño, puedes adelantar ciertos pasos para mantenerlo seguro, sentirte cómoda en tu nuevo papel y reducir tus temores con respecto al cuidado infantil. Cuando se trata de dormir y de disminuir el riesgo de SMSL, asegúrate de seguir las pautas que se indican a continuación.

Lista de verificación para un sueño seguro.

Aquí encontrarás algunas estrategias inteligentes para reducir al mínimo los riesgos del SMSL.
  • Régimen prenatal: asegúrate de que tu cuidado prenatal sea regular y oportuno, incluidas las visitas frecuentes al médico y una buena alimentación. No consumas drogas ni alcohol.
  • Ropa de cama: usa un colchón duro en la cuna o en el moisés, de manera que tu bebé no se hunda en él. No pongas mantas mullidas, colchas gruesas o piel de oveja debajo ni encima del bebé y retira todos los juguetes o almohadas de relleno suave del lugar donde duerme tu bebé.
  • Posición: acuesta siempre a tu bebé boca arriba para dormir. Para que el recién nacido se mantenga de espaldas coloca una toalla plegada a los dos lados del bebé, de manera que se pueda acomodar sin moverse
  • Temperatura: evita temperaturas muy altas en la habitación de tu bebé. Mantén la temperatura a un nivel que sea grato para ti y no le pongas demasiada ropa durante la noche.
  • Revisiones del bienestar del bebé: lleva a tu bebé al médico para que le realicen los chequeos de rutina y le administren las vacunas correspondientes.
  • Aire limpio: nunca fumes cerca de tu bebé ni en su habitación.
  • Lactancia materna: si es posible, amamanta a tu bebé para que comience su vida con fuerzas y se mantenga saludable.
  • La hora de posición boca abajo (siempre supervisada): anima a tu bebé a pasar algún tiempo sobre tu barriguita cuando esté despierto, de manera que fortalezca los músculos de sus brazos y hombros. Ponlo en el suelo sobre un manta o en el parque con juguetes que llamen su atención.

* Artículo realizado por la Dra. Suzanne Dixon.